Estaba cansada de usar esos exfoliantes que te hacen polvo la piel por la dureza de sus ingredientes y pensé en hacer uno que limpiase en profundidad pero de manera suave, sin que mi piel sufriera demasiado ni que después tuviese que untarme de crema para aliviar la sequedad que me producen otros exfoliantes. Y así nació este jabón.
Su componente principal es la glicerina, como todos los anteriores, y le añadí polvo de almendra muy molido (para que no "raspase"al usarlo) y aceite de almendras dulces (para que además, hidratase), además de un dulce olor a champán. Y tengo que decir que ¡me encanta! me deja la piel lisa, limpia e hidratada.
Ya sabemos que las almendras tienen muchas cualidades beneficiosas sobre nuestra salud, y eso también se aplica a la cosmética.
Este jabón de textura suave limpia, nutre e hidrata la piel de forma natural, alivia la sequedad y las irritaciones cutáneas y por su polvo de almendra, tiene un suave efecto exfoliante que elimina impurezas y está recomendado para todo tipo de piel.
