Este verano he pasado unos días maravilloso por tierras gallegas y aprovechando mi viaje fuí a conocer La Toja y, por supuesto, su conocido museo de jabón y otros productos de La Toja. No me resistí a traerme unas sales minerales y probar y experimentar con ellas.
A parte de darme el sagrado baño relajante de sales, probé a hacer un jabón distinto con estas sales minerales.
Lo hice en base de glicerina (como todos los que he hecho hasta ahora), le añadí unas gotitas de Aloe Vera y un puñadito de sales minerales y como resultado obtuve este jabón con aroma clásico, muy suave, espumoso y con una textura distinta a todos lo que he hecho hasta ahora y, además, con propiedades hidratantes, revitalizantes y protectoras de la piel.
Aquí os lo dejo...