¡Cómo pasan los años de rápido! Y cómo va dejando huellas en nuestra piel ¿verdad? Yo no soy muy de cremas porque no me gusta esa sensación "pringosa" en la cara a todas horas, por eso no he usado nunca practicamente nada, pero ahora que las arrugas empiezan a hacer estragos, estoy probando esta crema que he hecho con una base muy fluída, que se absorbe rápidamente sin dejar la piel grasa, aceite de nuez de Macadamia y aceite de Argán.
Si recordáis, estas dos aceites ya las he utilizado antes en jabón, así que la crema hace un complemento excelente al uso diario de estos jabones.
He puesto nuez de Macadamia, además de porque es un aceite muy ligero, porque tiene un alto poder suavizante, calmante, nutriente y protector de la oxidación de las células de la piel, ayudando a prevenir el envejecimiento.
Y el Argán, llamado y con razón, el oro líquido de Marruecos, tiene innumerables propiedades cosméticas, todas ellas encaminadas en la regeneración celular: aumenta la oxigenación celular, da elasticidad, hidrata, nutre, protege frente agresiones externas, revitaliza y estimula el rejuvenecimiento de la piel.
No pretendo quedar como cuando tenía quince años, pero sí estoy notando que al levantarme, aunque haya descansado poco, mi piel tiene otra "chispa", no está tan apagada como antes y algunas arruguitas menos profundas tienden a desaparecer poco a poco.
Ya sabéis, os sigo recomendando siempre el uso de productos naturales.
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